Ya hemos dicho que IPv6 nos aporta, como principio fundamental, un espacio de 2128 direcciones, lo que equivale a 3,40E38
(340.282.366.920.938.463.463.374.607.431.768.211.456).
Hagamos una cuenta “rápida”, para hacernos a la idea de lo que esta cifra “impronunciable” implica. Calculemos el número de direcciones IP que podríamos tener por metro cuadrado de la superficie terrestre: ¡nada más y nada menos que
665.570.793.348.866.943.898.599!
Indudablemente, hay cabida para todos los dispositivos que podamos imaginar, no solo terrestres, sino interplanetarios. Aunque, por el momento, no podemos asegurar que tenga capacidad para los dispositivos “intergalácticos”.
Las direcciones IPv6 son identificadores de 128 bits para interfaces y conjuntos de interfaces. Dichas direcciones se clasifican en tres tipos:
- Unicast: Identificador para una única interfaz. Un paquete enviado a una dirección unicast es entregado sólo a la interfaz identificada con dicha dirección. Es el equivalente a las direcciones IPv4 actuales.
- Anycast: Identificador para un conjunto de interfaces (típicamente pertenecen a diferentes nodos). Un paquete enviado a una dirección anycast es entregado en una (cualquiera) de las interfaces identificadas con dicha dirección (la más próxima, de acuerdo a las medidas de distancia del protocolo de encaminado). Nos permite crear, por ejemplo, ámbitos de redundancia, de forma que varias máquinas puedan ocuparse del mismo tráfico según una secuencia determinada (por el routing), si la primera “cae”.
- Multicast: Identificador para un conjunto de interfaces (por lo general pertenecientes a diferentes nodos). Un paquete enviado a una dirección multicast es entregado a todas las interfaces identificadas por dicha dirección.
La misión de este tipo de paquetes es evidente: aplicaciones de retransmisión múltiple (broadcast).